Colau tiene datos, sondeos, y encuestas que demuestran el bajonazo que recibirá en las municipales. Los datos no es que sean malos. Son pésimos para la primera bialcaldesa sexual, o alcaldesa bi sexual, o lo que sea, de la historia.

Para ello sabe, que tras las elecciones, si quiere seguir tocando poltrona, tendrá que ser la segunda de abordo de ERC. Para ello tiene que grajearse la amistad de lo separatismo y por eso está practicando el bisexualismo político. Primero lanzando constante guiños al cosmos separatistas, para a ver su así rasca algo, poniendo en peligro su ojo y arriesgándose a quedarse tuerta; y luego luchando por por no perder favores de sus votantes castellanohablantes.

Esperemos que con tanto equilibrismo no se caiga y se parta la pierna como Carmena. Sino nos quedan unos meses de alcaldesa bisexual, tuerta y coja.

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