Cortes en la AP-7, a la altura de Figueras

El separatismo ha vuelto a salir la calle para intentar quedarse con ella. Las protestas teóricamente son por la detención de Puigdemont y el encarcelamiento del resto de líderes secesionistas dejando a un lado el pacifismo del que presumían.

Pero todo es excusa. Ya desde hace años, tenían en su hoja de ruta este escenario bien dibujado. La excusa de la detención de Puigdemont les ha ido de fábula. De hecho, el propio «Puchi», desde se nuevo palacete en Alemania suplicó que “ahora no es momento de violencia” . Pero da igual. El proceso continúa.

El viernes vimos el intento masivo de asalto a la delegación de gobierno de Barcelona. Nuevamente los containers empezaron a arder en la ciudad condal. Los Comités de defensa de la república, dominados principalmente por la CUP, iniciaron la estrategia de toma de carreteras.

Esta misma mañana, un grupo de manifestantes ha cortado al tráfico desde primera hora en la autopista AP-7 a su paso por Figueres (Girona), en ambos sentidos de la marcha. La intención es paralizar la frontera con Francia

La avenida Diagonal también ha sido cortada por personas convocadas por los Comités de Defensa de la República. Hasta después de las 9 de la mañana que se ha restablecido el tráfico era imposible circular por la plaza Maria Cristina, en el distrito de Les Corts.

El corte se ha producido sobre las 07.30 horas después de un llamamiento de los Comités de Defensa de la República. Los manifestantes, situados a lo largo de la avenida, han exhibido pancartas en las que podía leerse “Hacia la República. Huelga general”, “Libertad presos políticos” y “Libertad. Os queremos en casa”.

Pero más allá de la violencia vivida en la calle, el tono de las protestas se ha elevado estos días hasta el punto de que el CGPJ tuvo que pedir protección para el juez Pablo Llarena, que instruye la causa del procès, y su familia tras recibir amenazas en su propio domicilio. Los jóvenes de Arran, la organización juvenil vinculada a la CUP, realizó varias pintadas a las puertas de la casa de Das (Girona) del magistrado en las que le tachaban de “fascista” y le advertían de que los autodenominados Països Catalans serán su “infierno”. Fue la propia organización quien compartió la instantánea a través de las redes sociales para presumir de su hazaña.

De momento es difícil evaluar la situación, pues no sabemos la fuerza real de la CDR. Pero en todo caso, aunque hayan pocas nueces, habrá mucho ruido. Y mañana miércoles preparémonos para otra investidura surrealista. Evidentemente ello agitará a las turbas.

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