Un grupo de catalanes que subió hasta el cráter del volcán, el punto más alto de España, decidió desplegar entonces una estelada (la bandera independentista), con el fin de hacerse unas fotografías que inmortalizaran el momento.
Sin embargo, lo que seguro que no se esperaban era que allí, tan lejos de Cataluña, a tanta altitud, alguien les cortara el royo. Para su sorpresa, el inesperado tabarnés les aguó el simbólico momento gritándoles un sonoro “¡viva España!” y un “¡viva Barcelona!”.
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No sé donde es pero no es el Teide, aunque dá igual donde sea
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