El dueño del restaurante que se negó a servir a Policía y Guardia Civil, puede ser condenado a cárcel por delito de odio


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Este lunes, el propietario del restaurante El Galliner de Calella, (donde hasta el cura es más separatista que un Brhaman) ha acudido a la comisaría de Sant Andreu de la Barca por haber anunciado en un cartel que se negaba a servir a las fuerzas policiales españolas.

La Guardia Civil lo citó a declarar para que dé explicaciones sobre la pizarra que colocó en el exterior y en la que se podía leer que no serviría comidas a las fuerzas no autonómicas, discriminando así a los agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil.

 La citación forma parte de la investigación que está llevando a cabo la fiscalía especial de delitos de odio y discriminación de Barcelona, debido a los escraches y discriminaciones a las que fueron sometidos los policías nacionales y guardias civiles en Cataluña durante esos días. Ahora, será el juez quien decida si hay indicios suficientes para acusarlo de un delito de odio.

El propietario, no mostró arrepentimiento alguno por su decisión de discriminar a los agentes de las Fuerzas del Estado, lo que provocó numerosas críticas hacia el restaurante en sus redes sociales.

En internet puede encontrar sus datos y dejar su opinión en el teléfono

Carrer de l esglesia 27508370 Calella, España
+34 937 69 55 02
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Categorías:INCREÍBLE PERO CIERTO, POLÍTICA NACIONALISTA Y NOTÍCIAS

9 respuestas

  1. No les sirves ,no son ellos los que te sirven a ti,a pesar de tu chulería despreciable.

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  2. COMO TIENE QUE SER

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  3. mi familia no volvera a pisar tu local racista

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  4. Reblogueó esto en El Heraldo Montañés.

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  5. El dueño de un Galliner (en sentido figurado, no un Galliner de verdad) es un pobre idiota ¿Qué se puede esperar de un tipo que dá ese nombre a un restaurante?.

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  6. Por mucho que quieran hacer creer que son opiniones libres y que están en su derecho de hacerlas y que esta actitud es normal en Cataluña… no lo es.

    Los locales tienen derecho de admisión pero lo que no pueden hacer es discriminar y prender mechas para la sorna, el bochorno y la revuelta.

    La parte final del cartel contiene una alusión política explícita y esto nada tiene que ver con el derecho de admisión…

    Si no vols donar de menjar els «altres catalans» (aquells qui som fills orgullosos d’España) millor no obris un bar, perque hi som arreu. Tot i que ara després del teu missatge de «benvinguda» nosaltres sabem on no hi anar quan passegem per Calella.

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