
«El patriotismo es el último refugio de los canallas». Samuel Johnson
Artur Mas es otro de los muchos cadáveres políticos que en Cataluña intentan negar por tierra, mar y aire el modus operandi de una casta corrupta, pensando en la intimidad que los catalanes somos idiotas y ellos muy listos.
Tras la denuncia del rotativo El Mundo sobre la implicación personal en la trama de corrupción del 3%, ha vuelto a representar idéntico papel que Jordi Pujol en Banca Catalana. Sin embargo, las segundas partes pocas veces fueron buenas y esta vez el protagonista es todavía más grotesco y patético si cabe.
La impunidad judicial y emocional con la que el separatismo ha gobernado Cataluña llega al fin de sus días. Todo es tan vomitivo y perverso que los resortes del poder ilimitado que dispone el micronacionalismo, con un Estado paralelo a su entera disposición, ya no son suficientes para contener el hastío de millones de catalanes cansados de un timo piramidal que apesta a descomposición moral insoportable.
Cataluña en manos de estos macarras atraviesa la etapa más vergonzosa de su historia reciente. Empezamos a entender la estrategia de tierra quemada del Butifarrèndum y su urgente desconexión con España.
En realidad, Catadisney cada vez se asemeja más a un cortijo de señoritos con trajes tipo inglés del Peñón. Eso si: todo muy democrático.
Sandra Ventura

Categorías:POLÍTICA
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