Estamos acostumbrados a que en la vida política y social catalana la coherencia brille por su ausencia. Muchos de los personajes que desfilan por este club de la comedia, se inclinan al unionismo o separatismo según convenga. La ambigüedad les permite estar agazapados para sacar tajada a un lado y a otro.

Javier Melero, el abogado Artur Mas, ha declarado recientemente que “el independentismo no tiene remedio”. Y tiene razón en cuanto a que este delirio fanático es muy difícil de curar. Una vez te lavan el cerebro en el odio a España es muy recuperar los discos duros de la normalidad y más cuando servir al poder político es rentable para tus intereses personales.

Melero, que en teoría dice no pertenecer al mundo independentista, ahora trabaja para Artur Mas y para más inri tiene el cinismo de presumir de coherencia: «Creo que en el catalanismo moderado solo quedo yo. Sigo en el mismo sitio. Los demás se han ido». Es curioso porque hace diez años estaba considerado de la línea más dura anticatalanista de Ciudadanos.

También en 2002 Artur Mas declaró que el independentismo estaba anticuado y oxidado. Pero en política todo es muy cambiante y el político moderno tiene una facilidad asombrosa de adaptarse a las circunstancias para seguir en el poder.

Volviendo a Melero, ¿Tendrá algo que ver en esta metamorfosis ideológica el poderío económico de Convergencia? Fiel vasallo del poderoso caballero, no ha tenido ningún escrúpulo en defender a Oriol Pujol en el caso de las ITV, a Convergencia en el caso Palau y en el del 3%.

Melero formó parte del proceso de fundación de Ciutadans. Posteriormente, decidió retirarse de la vida política.»A algunos se nos han revuelto las tripas al verle defendiendo a Mas», ha reconocido uno de sus ex compañeros de Ciudadanos.

En la actualidad, ha acabado representando ante el juez la causa del separatismo. «Soy como el cirujano, que no pregunta al paciente cuál es su ideología», explica. No le importa que el abrir el paciente esté podrido, especialmente si es de dinero.

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