No es oro todo lo que relucen. Artur Mas consiguió una bonita foto rodeado de masas de funcionarios y jubilados camino del Palacio de Justicia.

Pero claro, mucho funcionarios de la Generalitat siguieron trabajando y esto puede ser considerado como una traición a la Patria. Por ellos muchos funcionarios han recabado la ayuda de los sindicatos para evitar represalias de los cargos políticos de la administración autonómica.

Por este motivo se han organizado grupos sindicales que pretenden detectar “coacciones, represalias y presiones políticas” sobre los empleados públicos que se han rebelado contra el proceso independentista.

El despliegue se produce después de que la Consejería de Gobernación, de la que dependen directamente los funcionarios, animara la semana pasada a todos los empleados públicos a cogerse un día libre el pasado lunes para acudir a la manifestación a favor de Artur Mas.

Los sindicalistas, en sus primeras visitas a consellerías y organismos dependientes del Gobierno catalán, ha detectado una “enorme inquietud”. Los empleados públicos confiesan tener “miedo” a denunciar cualquier tipo de presión. Tienen en cuenta que las represalias entonces podrían ser aún mayores.

De hecho, una de las medida más temidas, que la Generalitat tiene encima de la mesa es la aplicación de traslados forzosos de funcionarios. Una medida que dan hecho que recaerá sobre los trabajadores que dieron la espalda a la convocatoria para apoyar al ex president.

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