El circo de la Generalidad lleva tiempo ofreciendo una sesión doble de cine en el Parlament. La primera película, de moda hace meses, se llama Matrimonio de conveniencia o Juntos por la supervivencia, una boda ficticia para intentar construir una mayoría artificiosa para romper España.

Últimamente le ha desbancado en interés Durmiendo con su enemigo. Cada vez es más inquietante e insostenible el matrimonio entre ERC y PdeCAT que acabará en divorcio o tal vez se demuestre su nulidad si el Estado inhabilita a sus dirigentes.

La lucha es encarnizada con la CUP presionando como león rugiente. Por cierto, como Otegui dijo que había que aprobar los presupuestos, pues a obedecer. Nadie tiene más “autoridad moral” en España que él, futuro Nobel de la Paz.

Cada vez es más difícil disimular. Oriol Junqueras, sospecha de las declaraciones de Vidal y su difusión son una astuta maniobra para forzar nuevas elecciones y obligar al Estado a inhabilitarle. Tampoco le gustó a Puigdemont la encerrona en TV3%, dirigida por ERC. TV3% será partidista o no será. Recordemos que la pluralidad es delito. 

Es una partida de ajedrez muy interesante. Hay que reconocer a la antigua convergencia que antes de autodestruirse como en Terminator, morirá matando. Se desploman en votos, se matan entre ellos como en Vietnam, dimiten y los readmiten.

Y esperen que tire de la manta el verdadero padre de la deriva separatista Jordi Pujol. El esperpento está servido. Las luces de Bohemia ya iluminan los jardines del Parlament.

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