A modo de Titanic empotrado contra el iceberg del Estado, la que fuera gran maquinaría hegemónica en los tiempos del padrino Pujol, hace aguas por babor y estribor, por los escándalos de corrupción y los piratas del Caribe antisistema. Las ratas preparan su huida. ¡Memo el último! Ante dicho panorama, Carles Puigdemont tira la toalla de la Presidencia de la Generalidad. No desea pasar a la historia como el enterrador de Convergència.
Ni la alianza táctica con su rival local, Esquerra, en lo que ha sido Juntos por la supervivencia ha servido para nada. Convergència inició un viaje absurdo hacia ninguna parte en el que acabó adoptando el programa de ERC. Ahora es normal que sus votantes prefieran el original a la copia verbenera. Si a ello le añadimos la corrupción sistémica del partido y sus dirigentes, y el desgaste judicial de llevar adelante “el Prusés”, tenemos la explicación del porqué al partido le quedan dos telediarios.
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somatemps.me 
Es que CDC era realmente Pujol.
Cuando se destapa que es un ladrón de miles de millones pertenecientes a los catalanes, descubrimos que no es el patriota que decía ser; y que no quiere nuestro bien, sino el suyo y el de sus hijos a nuestra costa.
Esto significa que ni hay partido, ni hay líderes de repuesto, ni hay más ideología que la de enriquecer a esta familia.
Si acaso, intentar salvar lo que se pueda de las fuerzas neo comunistas (CUP, ERC, Podemos..) que intentan «socializar» el patrimonio de los burgueses, especialmente el que no se puede esconder en Suiza o Bahamas, como los pisos y las torres de fin de semana.
No es de extrañar que usen la cubana para terminar de cubanizar Cataluña.
Aunque parece que alguien más realista quiere imponer la senyera negra con dos tibias blancas, como en la Isla Tortuga.
Eso, sí, en catalán fabres.
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