En el transcurso del acto inaugural del I Congreso Internacional de Defensores Locales que que reúne ombudsman de todo el mundo, ha denunciado que «los derechos humanos están en riesgo, amenazados, perseguidos, discutidos y violentados en muchas partes del mundo». (¡Qué presidente más listo!)

Puigdemont, ha asegurado que «cuando se utiliza la ley para pisar derechos fundamentales o cuando en nombre de la ley se ampara la impunidad de intereses espurios, estamos obligados juntos a operar cambios profundos, a movilizarnos», para defender «nuestra noción de democracia, que es la correcta». (¡Qué listos somos los catalanes!)

Carles Puigdemont ha ido más allá al advertir que esto no sólo sucede «en la periferia de nuestras fronteras», sino también a «dentro de casa». Puigdemont es un tonto que ha sido capaz de escribir: «En Girona nace una esperanza, que va de abajo a arriba con el firme propósito de hacer una Catalunya libre fiel defensora de los Derechos Humanos». Ya puestos a repetir mantras, también dijo: «Catalunya es una país de pacto de tregua, de diálogo y abierto en el mundo, acostumbrado a convivir con la diversidad, con la multiculturalidad, con el multilingüismo». (¡Qué repetitivo es el guionista!)

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