Pujol, víctima de su narcisismo y autocompasión, ni siquiera tiene blog propio, sino que toma uno prestado de un amigo de toda la vida (http://associacioserviol.cat/).

Recientemente hizo una excursión al Tagamanent y se le despertaron sus sentimientos más «tiernos». Y le dio por escribir todo lo que ha hecho por Cataluña y que sus pecaditos, que no especifica, le duelen mucho porque pueden hacer daño a Cataluña.

Aquí el artículo:

Ahir vaig pujar al Tagamanent

Aquí el extracto de su narcisismo literario:

Por tanto, se entiende que mi ida ayer en Tagamanent me produjera un doble sentimiento, positivo y negativo. De alegría por el trabajo realizado y de tristeza. De alegría y agradecimiento al conjunto de nuestro pueblo que ha rehecho el país. Sobre todo esto.

Pero también tristeza. Porque triste es mi estado de ánimo actual. Triste y preocupado por el daño que puedo haber hecho en mi país. E incluso en mi proyecto personal. Que por más que digan y por más que yo mismo me azote tiene aspectos importantes positivos. Me atrevo a decir que muy importantes, y tengo derecho a decirlo.

Pero esto no quita el lastre que ahora puedo representar, y que yo mismo he tratado de contrarrestar solicitante mi ostracismo.

Podríamos decir que también de preocupación. Porque ahora hay mucha hostilidad desatada contra nuestro país. Pero esto tiene como contrapartida la historia de recuperación ahora ya de muchas décadas. Cataluña tiene derecho a la autoestima y la confianza. Esto en el orden colectivo.

En mi orden personal también me puedo beneficiar de esta autoestima a la que colectivamente tenemos derecho. Porque en esta historia positiva he participado. Y no poco. No poco. Pero no puedo liberarme de un sentimiento personal de culpa. Que no rehuyo. Sólo pido que lo que haya de mal en todo esto recaiga en mí y no en el país.

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