El Gobierno de Aragón (PSOE-Chunta Aragonesista) continúa impulsando la institucionalización del catalán en todos los ámbitos de la sociedad. Recientemente, en el marco de una nueva línea de ayudas gubernamentales, el Ejecutivo pretende relanzar las “lenguas minoritarias” de la región: el aragonés (conjunto de lenguas de los valles pirenaicos y conocida como “fabla”) y el catalán. Una nueva línea de subvenciones premiará a instituciones locales y asociaciones que fomenten actividades en estas lenguas.
En una publicación oficial de subvenciones especifica los requisitos para recibir la subvención: realizar actividades que fomenten el aragonés o el catalán, tales como espectáculos de artes escénicas, rotulación y cartelería, concursos, certámenes y exposiciones, jornadas y congresos; y, en general, “cualquier actividad destinada a la promoción y sensibilización” del aragonés y del “catalán de Aragón”.
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somatemps.me 
No sé a lo que está jugando Pedro Sánchez, pero no está funcionando.
Si este señor se quiere presentar como Presidente del Gobierno de España, tiene que decirlo y representar los intereses de España.
Si este señor se quiere presentar como Presidente de la Generalitat, tiene que decirlo, y representar los intereses del imperialismo catalán independentista.
Lo que no puede hacer es defender intereses contrapuestos y decir una cosa en un sitio.
Los problemas con los independentismos los han creado Felipe Gonzalez, porque antes no existían.
Y cuanto más se les dan, más exigen.
Esto no funciona.
Pedro Sánchez tiene que marcharse.
Por cierto, que el que quiera hablar catalán, que lo hable. El que quiera hablar castellano, tienen todo el derecho a hacerlo. Y el que quiera hablar la fabla, es cosa suya.
Lo que no es de recibo en la Europa del siglo XXI son las multas por hablar o no una lengua.
Parecía que nos habíamos librado del zapatero, pero sus amigos gañanes están ahí para seguir haciéndonos la vida imposible.
No sé en lo que nos hemos equivocado con la democracia; pero ésto de seguro que no lo es.
Todavía nos quedan muchos años, cientos diría yo, para ser europeos, modernos, ricos, eficientes…Éste no es el camino.
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Espero que en las próximas elecciones autonómicas el actual gobierno regional de Aragón, formado por el PSOE y los separatistas aragoneses, sea borrado del mapa de manera fulminante, por el bien de todos los aragoneses y del resto de españoles en general. Evidentemente hay problemas mucho más importantes que acucian a los ciudadanos que no el fomentar dialectos regionales y demás chorradas de carácter populista y separatista. Por cierto, el dialecto aragonés (dialecto sí, no lengua) no debería llamarse aragonés, ya que solo lo hablan (o lo hablaban, cuatro gatos por cierto) en algunos valles pirenaicos, y no se habla ni nunca se ha hablado ni en la mayor parte de Huesca ni en el resto de Aragón, aunque eso es lo que les gustaría a los separatistas de la ridícula junta aragonesista, por lo del hecho diferencial, que es lo que buscan esta pandilla de patéticos ignorantes.
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Hay que denunciar cualquier coalición con partidos independentistas, ya que persiguen intereses contrarios a los españoles y que son inconstitucionales.
Si el zapatero Pedro Sánchez quiere participar en la independencia de lo que sea, es cosa suya. Pero los votantes de toda España tienen que saber lo que hace y las consecuencias para todos.
El problema con este pollo es que tiene tanta ambición para meterse en la Moncloa, como sea que mataría. Y es imposible hacer nada con quien promete el oro y el moro a quien le puede hacer rey de la montaña. Es un asunto de ética y de democracia.
Seguimos sin aprender la lección de la ruina a la que nos ha llevado las políticas del PSOE en todo lo que ha tocado: ladrillo, Cajas de Ahorro, desindustrialización, independentismo, educación (falta de), sanidad, funcionariato, paro masivo, colonización musulmana…
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El problema con estas cosas, a parte de colaborar con Pujol en su política anexionista independentista es que se están cambiando las tradicionales reivindicaciones de la izquierda (económicas, derechos sociales, trabajo…) que ya están logradas o que no se pueden mantener (o no se sabe lograr) con un conjunto de tonterías (humo), que por ser reivindicadas por la «izquierda» acaban siendo identificadas por el electorado «progresista» como de «izquierdas».
Ni que decir tiene que esto favorece a la izquierda caviar, que como todos no quiere pagar impuestos para financiar gastos sociales.
Es decir, es una manipulación.
El problema está en que los electores acaban votando » ideologías » y no intereses concretos suyos, que los hay, los tienen y seguirá habiendo, como el control de la corrupción, la tasa de desempleo o la especulación de la vivienda.
Peor todavía, como se aprecia mejor con el antitaurismo de la izquierda (pero que es abortista): se vota una cosa muy determinada (los toros) a quienes una vez en el poder pueden manejar el presupuesto, llenar el país de inmigrantes que no se integran, subir impuestos, o poner en marcha la revolución gramscista a cámara lenta, cosas todas ellas que el elector no ha votado y que tiene intereses contrarios.
Como se ve, es una corrupción de la democracia, y por ello no es democracia.
Lo asombroso del caso es que estos «progresistas» abominan de la religión católica por «no ser racional», por no ser » moderna», por no ser «ilustrada», por ser un » atraso», porque ni es «filosófica», por no ser «europea» o por no ser «masónica»…creando en el proceso otra «religión», la «progresista», inventada por quien tiene el poder de parir ideas y de imponerlas como «progresistas» (y luego la masa enfervorizada por tanto progresismo las acepta y se las traga sin discusión ni debate)
Se ve claramente que como la tolerancia, el que logra el poder, se agarra a la teta para chupar todos los privilegios que pueda y que intenta blindar como sea. -como vemos en este caso, con humo-
Como siempre en nombre del pueblo idiota y de la libertad (?).
La tolerancia y el librepensamiento solo se reivindican cuando se está en la oposición.
Pues vamos de culo.
En fin, no sé a donde vamos a parar con tanta superioridad moral ni tanta desfachatez.
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