
El gallinero separatista cacarea indignado con los argumentos de siempre contra el Ministro de Interior, Fernández Diaz, y el jefe de la Oficina Antifraude catalana. Artur Mas, el jubilado de oro de Cataluña, habla de «contubernio» como Franco en sus días de gloria. Junqueras, el plagiador de tésis doctorales, brama con el mantra de la «baja calidad de la democracia española» mientras su familia y allegados se forran con los negocios habituales del poder. Y el jabalí Joan Tardà vuelve a recordarnos que el Estado español es franquista pero sigue cobrando dietas y salarios sin pestañear, mientras engulle sin rubor bocadillos de calamares y cocidos madrileños en la capital del Reino.
Suerte tienen todos ellos de que el Estado durante cuarenta años ha estado ausente en Cataluña. De ser España un país medio serio, el desafío separatista habría sido sofocado sin miramientos por la fuerza pública.
Categorías:POLÍTICA
Es bien sabido que la fiscalía archivaba todo lo que llegara de la oficina antifrau creada por la Generalitat. Al final las personas buscan soluciones, acertadas o no…
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