Con motivo de su entrada en la Real Academia de la Lengua, Juan Pablo Fusi fue entrevistado por el ABC y respondió a la cuestión catalana.
–Su generación, afirma, ha estado preocupada por la idea de la democracia en España. ¿Es el nacionalismo una amenaza a la democracia?
–Es un problema en la medida de que el nacionalismo desafía al orden constitucional y al estado autonómico. Ese desafío impide y obstaculiza la estabilidad del orden político.
–¿Sería posible que hubiera en España unos nacionalismos que no fueran excluyentes?
–En lo que podemos ver respecto a su territorio son relativamente abiertos. Los nacionalistas vascos o catalanes no son xenófobos excluyentes, más bien son divisivos. Dividen a su propia sociedad y plantean un desafío al estado.
–¿Cómo ve la situación política en Cataluña?
–Parece que el momento álgido del desafío ya ha pasado. Se ha resquebrajado la plena unidad soberanista de Cataluña. No obstante, encarar el problema requiere sensibilidad con la realidad nacionalista de las regiones, defender el orden constitucional y tener cierta voluntad de integración.
–Otra de sus grandes preocupaciones recientes es el futuro del proyecto europeo.
–Me preocupa la Unión Europea por su debilidad moral y política. Tiene muy poca capacidad de respuesta activa y convincente frente a los problemas que están surgiendo. Es un gigante económico y, no un enano, sino un enfermo político. Por otro lado, el proyecto europeo, tal y como se planteó originalmente, sigue siendo una necesidad histórica. Europa debe ser un verdadero actor en el panorama mundial.
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