Nuestro “amigo” Jordi Borras ha escrito un libro. Un libro de verdad, no un álbum de fotos. Su título es Desmontant Societat Civil Catalana, y su tesis es demostrar que esta entidad es de “ultraderecha”. Las premisas no pueden ser más delirantes. En el prólogo, escrito por un tal David Bassa puede leerse:
El problema del Estado Español es que nunca hizo limpieza con el fascismo. De hecho, no solo no la hizo, sino que al descartar la ruptura y optar por la transición, las elites fascistas se han mantenido allí donde estaban: mandando.
Ya lo saben ustedes: desde el 1975 hasta la actualidad el Estado Español ha estado dirigido por elites fascistas (¿Qué se habrá metido este hombre?).
Jordi Borras no gusta de utilizar la palabra “fascista”. Prefiere la de “ultraderecha”, que es aún más genérica y en la que cabe casi todo. El problema es que nunca nos explica qué significa exactamente este epíteto. En el cara a cara que mantuve con él en Catalunya Radio le pregunte que significaba para él ser de “ultraderecha”. Me contesto textualmente: Ser de ultraderecha es, por ejemplo, manifestarse delante de la sede de CDC al lado de conocidos ultraderechistas. Hay un pequeño problema: lo definido no debe entrar nunca en la definición. El día que explicaron esto Jordi Borràs no fue a clase.
El libro no aporta nada nuevo. Es un refrito de los muchos artículos publicados por Jordi Borràs en diversos medios digitales, bien subvencionados por la Generalitat. Se repite más que el ajo. Se reafirma en sus mentiras sobre mi persona y sobre Somatemps. Así por ejemplo sigue afirmando que en el año 1981, en la revista El Ripollés, yo había negado mi anterior militancia política, lo cual es falso: en este debate no se habló de militancia política, sino de ciertas actuaciones delictivas que se me atribuían, y que yo rechace por ser falsas. El mismo Borràs reconoce mi colaboración con Xavier Casals en su libro Ultracatalunya donde explico mis experiencias y mi militancia política en mi juventud.
Pero volvamos al libro. La tesis obsesiva de Jordi Borràs es demostrar que SCC es de “ultraderecha” a partir de su método de la “culpabilidad por asociación”. Para desmontar a Jordi Borràs vamos a partir de la hipótesis de que un servidor y demás miembros de Somatemps somos de “ultraderecha” (aunque aún no sabemos qué significa el término en boca de Borràs) y vamos a ver nuestra relación con SCC.
La decisión de crear SCC se toma en una reunión de Somatemps, a la que también asiste Pepe Domingo, exdiputado de Ciutadans. La propuesta parte de José Ramon Bosch. El contacto con Federalistas d’Esquerras se tiene lugar en el despacho del finado Ganduxer, en la que yo estuve presente y donde conocí a Joaquim Coll. A partir de aquí asistí a tres reuniones: una comida de trabajo en el Hotel Atenea, y dos cenas en el restaurante El Cangrejo Loco, en la calle Rosellón. Allí entramos en contacto con diversos colectivos, además de Fd’E: Puerta de Brandenburgo, Liberales por Europa, etc. Enseguida comprendí que lo que allí se cocía no tenía nada que ver con el catalanismo hispánico que se propugnaba desde Somatemps. Dejé de interesarme por el tema.
Nunca firmé ningún documento de adhesión y aún no entiendo cómo se me incluyó como socio fundador. De aquí podemos sacar una conclusión que desmonta la tesis de Jordi Borras: si yo soy de “ultraderecha”, SCC no es de “ultraderecha”; si SCC es de ultraderecha, yo no soy de “ultraderecha”.
Para hay algo más, que Jordi Borras omite algunos miembros de Somtatemps fueron vetados en SCC, por que se consideraba que tenían un pensamiento poco acorde con las tesis liberales y constitucionalistas que pretendía defender SCC.
A partir de este momento la mayoría de socios fundadores son personas próximas al PP, al PSC o a Ciutadans, es decir, representantes del conservadurismo liberal, del liberalismo y de la socialdemocracia, o sea, las fuerzas políticas que han gobernado en Europa desde la II Guerra Mundial, de esta Europa que se construyó sobre la derrota de los fascismos. El día que explicaron la II Guerra Mundial Jordi Borràs tampoco fue a clase (con tantas “pellas” no me extraña que no acabara el bachillerato).
Jordi Borràs se explaya con la financiación de SCC. Es la única parte algo interesante del libro. Pero Jordi Borràs no se hace la gran pregunta ¿Por qué este “oro de Madrid” que financia a SCC no ha dado un solo céntimo a Somatemps? Él mismo reconoce que no ha podido averiguar nada sobre la financiación de Somatemps.
Ni ha podido ni podrá, porque no hay nada que averiguar: Somatemps se financia únicamente con las aportaciones de socios, amigos y simpatizantes. Así financiamos el 12 de octubre de este año. Por eso no tenemos local, ni liberados, ni dietas.
Soy consciente que todos estos argumentos resbalarán sobre el «fotoperiodista» como el agua por el pescuezo de un pato. A Jordi Borràs la realidad le importa un pimiento y el debate de las ideas todavía menos. Lo único que le interesa son sus bien subvencionadas tesis paranoicas. Su método es típicamente inquisitorial: si el “hereje” confiesa su herejía es un “hereje”, pero si la niega también, porque los herejes niegan ser herejes.
Jordi Borràs, con su inacabado bachillerato, es una muestra de todo lo que intelectualmente puede dar de sí el independentismo de izquierdas, así como Pilar Rahola es todo lo que puede dar de si el independentismo conservador. Es lo que hay.
José Alsina Calvés
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Y ¿qué dice exactamente la parte económica?, ¿quiénes son los responsables del «oro de Madrid»?
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pues yo pienso comprar el libro del pollo este digais lo que digais
es que se me ha acabado el papel del water…………..
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