La Guerra Gran (1793-95): Reconquistando el Rosellón (2)


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Voluntarios catalanes encuadrados en el Ejército español.



En julio de 1793 se formó un cuerpo de voluntarios barceloneses bajo el lema “Por la Religión, el Rey y la Patria”. El llamamiento y la respuesta se repitieron por todas las comarcas catalanas, que aportaron miles de “miqueletes” que incluso subieron desde Valencia.

El Capitán General de Cataluña, el general Ricardos (aragonés), que consiguió unos 25.000 hombres, ante el primer intento de invasión francesa, contratacó invadiendo el Rosellón. Fue ocupando poblaciones derrotando al general francés, culminando sus triunfos con la batalla de Truillás, dejando unas 6.000 francesas viudas. Sin embargo, Ricardos, falto de suministros, tuvo que retirarse y aún así venciendo a los franceses en diferentes batallas.

El Diario de Barcelona publicó, con motivo de la toma de Bellaguarda por las tropas de Ricardos, tres sonetos, uno en catalán y dos en castellano, celebrando la victoria:

“Ja del bronse tronant la força activa / rompé de Bellaguarda la alza roca; / y rendida la foch viu, que la sufoca, / la guarnició se entrega, y s´fa cautiva. / Lo Gall Francés abac la cresta altiva / de son orgull, que á tot lo mon provoca, / y devant del Lleó no bada boca, / si que fuig aturdit quant ell arriba. / Vallespir, Roselló, la França entera / del valor español lo excés admira / ja espera resistir, ja desespera, / ja brama contra el Cel pero delira; / que lo Cel es qui vol que torne a España / lo Roselló, Navarra y la Cerdeña”

(“Ya del bronce tronante la fuerza activa / rompió de Bellaguarda la alta roca; / y rendida al fuego vivo, que la sofoca, / la guarnición se entrega, y se hace cautiva. / El Gallo Francés abate la cresta altiva / de su orgullo, que a todo el mundo provoca, / y ante el León no dice esta boca es mía, / sino que huye aturdido cuando éste llega. / Vallespir, Rosellón, la Francia entera / del valor español el exceso admira; / ya espera resistir, ya desespera, / ya brama contra el Cielo, pero delira, / que el Cielo es quien quiere que vuelvan a España / el Rosellón, Navarra y la Cerdeña”).

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Soldados defendiendo el Rosellón

En numerosas localidades del Rosellón, siglo y medio después de su separación de España, se recibió a las tropas de Ricardos al grito de “¡Viva España!”, manifestando su voluntad de adherirse a la Corona española, como en Roca d´Albera, Sureda, la Menera, Costoja y Sant Llorenç de Cendans. Un testimonio publicado en La Gaceta de Madrid en abril de 1793, describía cómo fueron recibidas las tropas españolas en Sant Llorenç:  “Las tropas de S.M. habían sido recibidas, particularmente en la Villa de S. Lorenzo de Cerdá, con la mayor alegría; el pueblo sobre las armas, y los sujetos distinguidos gritando viva el Rey, viva España, viva la Religión, lloraban de gozo cuando oyeron a su legítimo vicario en la Misa la oración por el Rey y por el Pontífice (…)”.

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Soldados revolucionarios franceses, celebrando su victoria.

Este magnífico inicio de la Guerra, empezó a torcerse por la muerte de Ricardos en Madrid, de una neumonía, cuando iba a recabar apoyos. La falta de convcción del gobierno de Godoy y por una leva obligatoria masiva del Ejército francés que reclutó un número de tropas desproporcionadas respecto a los voluntarios catalanes. En julio de 1795 Godoy firma la Paz de Basilea, según la cual las tropas galas se retiraron de España a cambio de la cesión a Francia de la parte española de la isla de Santo Domingo.



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