La frase del día: «Hubo un imbécil que se gastó una millonada con lo de la ‘Alianza de Civilizaciones» (Antonio Burgos)


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Antonio Burgos

 

Antonio Burgos, en el diario ABC, se suma este 15 de noviembre de 2015 a la teoría de que estamos ante una guerra de dimensiones mundiales y que más vale que nos vayamos haciendo a la idea:

No, no es la letra de la sevillana de Manuel Melado. Es la actualidad de esta hora, que muchos se niegan a ver. Mírala cara a cara, que es la Tercera: la III Guerra Mundial. No es guerra convencional, ni guerra fría entre dos grandes potencias. La tenemos tan cerca que nos falta perspectiva sobre la guerra santa que han declarado a nuestra civilización. Suele ocurrir en la Historia. Mi padre estuvo en la Batalla del Ebro, con la 40 División de González Badía, pero no se enteró de que aquello era El Ebro. Sabía que los rojos habían roto el frente y que la ensalada de tiros era de no te menees. Pero no sabía qué era aquello. Como siempre ocurre en todas las batallas: se bautizan cuando ya se han ganado o se han perdido. Como en todas las guerras. La inmediatez de los hechos nos impide la perspectiva.

Seguro que cuando mataron al Archiduque en Sarajevo no sabían que había empezado la Gran Guerra. Ni que cuando Hitler invadió Polonia había comenzado la II Guerra Mundial. Como tampoco supimos que había empezado la Tercera aquella tarde de septiembre de 2001 en que nos llamaron para decirnos que pusiéramos la tele, que parecía que una avioneta se había estrellado contra las Torres Gemelas. A las que habíamos subido todos los que una vez que fuimos a hacer el cateto a Nueva York. Vimos poco después cómo se desplomaban. Nadie pudo contemplar cómo se derrumbaba el Imperio Romano: nosotros sí vimos, en vivo y en directo, cómo se hundía nuestro mundo. Pero como cuando Sarajevo y cuando Polonia, no sabíamos que lo que estaba comenzando, con el siglo, era nada menos que una nueva guerra. Una medieval guerra santa. ¡Vaya fiesta de moros y cristianos!

Añade que:

París no era el sábado precisamente una fiesta según Hemingway. Era la demostración de que si esto en lo que andamos, todos hasta las mismas trancas, no es la III Guerra Mundial, yo no sé qué será la III Guerra Mundial. Guerra sin frentes ni partes. Una guerra con los ejércitos, mientras, repartiendo chocolatinas, bombones y caramelos, por citar muchas absurdas y costosas misiones internacionales de nuestras gloriosas, heroicas y constitucionales Fuerzas Armadas Españolas. Cuando los franceses aislados por la batalla salían del Estadio de Francia cantando «La Marsellesa» (antier vamos a hacer los españoles igual), y cuando los taxistas de París se brindaban otra vez a participar patrióticamente en la contienda, como antaño, como la primera vez de aquel primer amor con la muerte, alguien tendría que habernos dicho a todos, mientras las lamentables televisiones españolas continuaban con sus paquirrines y otras bazofias de consumo masivo: «Es la guerra, imbéciles».



Categorías:MITES NACIONALISTES / MITOLÓGICAS

1 respuesta

  1. Deje de mostrar lo mucho que le gusta la guerra señor Burgos, sobre todo sabiendo que usted no irá a ella. Precisamente la oportunista y catastrófica invasión de un país que nada tuvo que ver con el 11-S, hizo de agravante de todo lo que estamos viendo hoy. Desestabilizar países enteros, en semejante región, después de múltiples guerras e «hijos de puta» puestos desde fuera, ha creado el caldo de cultivo ideal para ese fanatismo islamista. El terror islamista tiene su propio odio hacia la modernidad ante la que no tiene nada que ofrecer, pero destruir el estado iraquí y las permanentes intervenciones externas en Afganistan e Irak, por la URSS y EUA han sido factores clave que han llevado a todo esto.

    ¿Es la guerra? No lo celebren aún quienes viven en ella desde cómodos despachos. No aprovechen para, como en la época post 11-S, para colar un modelo político basado en el miedo, en el recorte claro de libertades y para modelar mentes en el ultraconservadurismo del nunca preguntar y siempre obedecer, o conseguirán que la mayoría acabe por echarles al cubo de la basura junto con los islamistas, que a veces se les parecen peligrosamente algunos propagandistas del totalitaristo semiteocrático, que en España ya hemos conocido.

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