Eduardo Reyes, el cordobés de toda la vida, que sin oficio ni beneficio aparente se apuntó a la movida del «Espanyaensroba», fue omitido de la foto oficial de Junts pel Sí, holding de patriotas y folclóricas de toda la vida con vocación universal permanente. Esto viene a demostrar como la burguesía local ha utilizado a tontos útiles como Eduardo para arañar unos miles de votos entre emigrantes desesperados por la crisis, haciéndoles creer que sus abuelos, tíos y primos de más allá del Ebro eran un lastre para ellos.

En su clasismo acostumbrado, han considerado que el «charnego» no tenía suficiente caché para posar con los candidatos de pedigrí y «bona familia», porque siguen pensando que el andaluz es un hombre poco coherente, anárquico y destruido que barruntaba Jordi Pujol. 

En otras palabras: que lo tienen de mascota.

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