Ingeniero técnico químico y licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Barcelona. Colabora o lo ha hecho en ‘Abc’, ‘El País’, ‘La Vanguardia’, ‘El Punt Avui’, TV3 y Catalunya Ràdio. Ha publicado los ensayos ‘Adéu al nacionalisme’, ‘Malalts de passat’ o ‘Si un persa viatgés a Catalunya’.
Entrevista a Miquel Porta Perales, ensayista por Víctor-M. Amela en La Vanguardia, viernes, 15 de abril de 2005
-¿Qué tiene usted contra Rafael Casanova?
-Es un claro ejemplo de las tergiversaciones que en Catalunya difunde el nacionalprogresismo imperante.
-¿Por qué lo dice?
-Se le homenajea como héroe mártir de la resistencia contra Felipe V en Catalunya, pero lo cierto es que la noche del 10 al 11 de septiembre de 1714 estaba durmiendo, que tuvieron que despertarle y llevarle al frente y que allí fue herido muy levemente…
-O sea, que no murió.
-¡Qué va! Consiguió del médico un certificado de defunción, quemó los archivos, delegó en otro conseller la rendición, huyó disfrazado de fraile y se instaló en Sant Boi.
-¿Para seguir defendiendo Catalunya?
-Ejerció la abogacía felizmente, con el perdón de Felipe V. ¡Vivió como un rey en la corte del Borbón! Y así hasta su plácida muerte. ¿No actuó como un botifler traidor?
-Si eso fue realmente así, ¿por qué los partidos catalanes le ofrendan flores cada año?
-Eso ilustra la manipulación, la invención de una historia de Catalunya en los días de la Renaixença, una fábula absoluta que nuestro nacionalprogresismo sigue perpetuando.
-Pero… ¿qué es el nacionalprogresismo?
-La ideología dominante en Catalunya, compartida por los nacionalistas como Pujol y los izquierdistas como Maragall.
-¿Los mete usted en el mismo saco?
-Sí. ¡Maragall es el genuino heredero del discurso de Pujol…! Aunque diría que el problema del nacionalismo es emocional, y el del izquierdismo es estomacal: tiene muchas dificultades para digerir la realidad, para aceptarla tal como es.
(…)
-Le gusta provocar, ¿eh?
-Me gusta pensar, y lo que no me gusta es que me riñan por lo que pienso, que me indiquen el «recto camino» y que me ofrezcan certificado de buena conducta, que es lo que le gusta hacer al nacionalprogresismo.
-Que aún no entiendo muy bien qué es…
-Es una religión laica con su doctrina y sus profetas y profecías. Una doctrina esencialista, populista, negativista y bonista.
-Vaya por partes: ¿esencialista?
-Establece que Catalunya tiene una identidad y sólo una, y que es una nación.
-¿Y no?
-A ver…, ¿qué es una nación? Si la basamos en la lengua, como predican nuestros nacionalistas, Catalunya… ¡es una binación! Porque Catalunya es bilingüe, ¡felizmente!
-Nadie atenta contra el bilingüismo, creo.
-El nacionalprogresismo catalán tiene un sueño monolingüe: «Viure en català». Yo, en cambio, prefiero vivir en libertad. Paradójico: los que se dicen adalides de la diversidad… ¡quieren reducir la que ahora hay! Y con multas, incluso. Pero el monolingüismo es una enfermedad que se cura, por suerte…
-¿Y por qué los tilda de populistas?
-Porque prometen lo que la gente pide, sea posible o no, conveniente o no.
-¿Y por qué negativistas?
-El nacionalista se queja siempre y el izquierdista siempre dice «no»: ¡la culpa la tiene siempre el sistema capitalista, claro! El caso es quejarse y protestar…, sin solucionar nada. Barcelona es la ciudad de la protesta.
(…)
Categorías:HISTORIA

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