Una escena insólita. Decenas de vecinos del barrio barcelonés la Verneda i la Pau salieron ayer a la calle armados con cazuelas para protestar contra la inseguridad. Lo han hecho mientras agentes de la Guardia Urbana intervenían en el local «presuntamente» ocupado de la Rambla Prim, 224, Los vecinos claman desde la calle «Fuera, fuera» y “Estamos hartos”, Todo lo causó la llegada de varias dotaciones de furgonetas de la policía local debido a una pelea originada ahí.
Los vecinos de la Verneda son testigos directos del incremento de la delincuencia en la zona. Y no se creen las declaraciones de Colau de que esto son «hechos puntuales»; entre otras cosas porque la populista Colau sólo visita El Barrio una vez cada cuatro años cuando hay elecciones. Los vecinos denuncian que los más frecuente es ver «robar en las tiendas y revienten coches«.
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A quien habría que hacer la cacerolada es a los políticos responsables directos de estos abusos ilegales, empezando por la Colau
(lo que ella misma llama «escrache» de justicia social popular).
Esos okupas sólo intentan sobrevivir.
Por ello la (buena) ley tiene que impedir la inmigración libre: crea estos problemas.
Por ello, las escuelas tienen que suministrar a sus alumnos lo necesario para aprender a ganarse la vida (si no, no pueden pagar un alquiler)
Por ello, los gobiernos tienen que hacer que la economía funcione y fomentar que haya empleo: si no hay trabajo, no pueden ganar el dinero para pagar una casa.
Ahora bien, educación, inmigración, orden público, economía y trabajo son políticas votadas democráticamente por todos los españoles cada 4 años.
Si estás políticas funcionan o no funcionan, los que tienen que disfrutar sus beneficios o sufrir sus perjuicios son sus votantes. Esto es lo democrático.
¿Qué políticas han votado esos okupas?
¿Y esos vecinos?
¡Pues que se jodan!
(En ningún modo condono a estos okupas la responsabilidad personal de aprender un oficio, trabajar, ahorrar y alquilar una casa: lo contrario sería justificar y fomentar el parasitismo social; y ya tenemos bastante con los chorizos de los políticos, que no nos representan)
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Los hechos puntales son como los dibujos de puntos:
Tu vas uniendo los puntos con una línea, desvelando un dibujo que estaba secreto (sólo veías puntos, como en un traje de faralaes).
Con los puntos de estos hechos «puntuales» criminales, tu los vas uniendo descubriendo un mensaje secreto:
«¡No funcionas, inútil progresista»!.
No hay que ser Sherlock Holmes; basta vivir aquí.
¡Señor, qué cruz!
(«y usted que lo vea», responderá esta vaga progresista asocial)
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