Si algo hemos aprendido del coñazo del «procés» durante estos años, es que nuestra casta de provincias tiene la piel muy fina para la épica carcelaria. A lo más excelso que pueden aspirar los ejemplares más puros de la “raça catalana”, es a engendrar flojeras como los presos neolíticos, condenados entre otras pequeñeces, por perpetrar un golpe de Estado y fundirse la pasta de los contribuyentes en su Fiesta de Blas exquisita. No esperen que en la Nueva Dinamarca del sur y su ejercito de patriotas de ratafía, aparezcan un Nelson Mandela o un Bobby Sands como Dios manda.

En Cataluña, la genética fenicia impide desde hace más de un siglo a sus élites extractivas elevarse por encima de lo sobrehumano. Jordi Pujol y su familia-negocio, es el mejor ejemplo, pero no el único. En el fondo, lo que más les jode a los galeotes de Lledoners, es no cobrar de la mamandurria presupuestaria. Aquello tan manido, de que la “historia nos absolverá”, en estos momentos a la banda de Junqueras y su frente de cárceles les trae al pairo. La tabarra separatista no se va a detener hasta conseguir una amnistía que incluya a prófugos y entrullados, y puedan recuperar sus cargos públicos con paga retroactiva, pues es de la única manera que conciben la vida para no doblar los costillares en exceso.  

Por otra parte, los “auto-indultos del Liceo» poseen escaso mérito en un contexto político en el que secesionistas y filoetarras, tienen al PSOE agarrado de la entrepierna como un Pit Bull un chuletón gallego. En estos días de putrefacción generalizada, ya ni es necesario poner sobre la mesa a los más de ochocientos muertos para doblegar a un gobierno de España. La “concordia socialista” se demuestra tan perversa y repugnante, que hasta José Ignacio Abuin Gey el “Chicle”, asesino de Diana Quer, disfrutaría del tercer grado si tuviera carné de Bildu. No hay que ser muy listo para intuir que Luis Bárcenas lo tiene más complicado el hombre, entre otros motivos, por encontrarse en el lado oscuro del corazón de Pedro Sánchez y sus demócratas bondadosos, que siempre perdonan a los mismos canallas, como en el 1936.  

los “auto-indultos del Liceo» poseen escaso mérito en un contexto político en el que secesionistas y filoetarras, tienen al PSOE agarrado de la entrepierna como un Pit Bull un chuletón gallego

Los “auto-indultos”, no vienen a resolver nada, porque el objetivo de los mircronacionalistas es seguir erosionando la convivencia entre catalanes a cualquier precio, para repetir hasta el infinito, lo que intentaron con gran torpeza en octubre de 2017.  El problema de la democracia española no pasa por modificar el delito de sedición, como apuntan los más cursis. En todo caso, sería el de felación, con el que el gobierno social-comunista se entrega con gran entusiasmo para con los odiadores de España, en un intento desesperado por mantenerse en el poder a cualquier precio, aunque incluya la felonía con final feliz.  

Es preciso recordar que en la franquista Finlandia, se castiga con penas de hasta diez años de prisión los “delitos de traición” que comprometen la soberanía de Finlandia mediante el uso de la violencia, “amenaza de violencia” o “presión militar o económica”. El artículo 12 de su Código Penal tipifica explícitamente como traición el intento de “separar una parte de Finlandia del resto del territorio”.  

Tot plegat, poca cosa.  

Sandra Ventura

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