El 19 de marzo de 1810 el mariscal Augereau, gobernador francés de Cataluña presidió la primera ceremonia del proceso de anexión de Cataluña a la Francia napoleónica. En la plaza de San Jaime se llevó a cabo un solemne desfile de las autoridades municipales de Barcelona colaboracionistas afrancesadas y en el que se gritaron en francés y catalán diversas frases que simbolizaban la supuesta adhesión de Cataluña al emperador Napoleón. Eso sí, la concurrencia de público fue mucho menor de lo esperada y el público permaneció en silencio, lo que indignó a los franceses.

Unos días más tarde, se estableció oficialmente el llamado “Govern de Catalunya”, presidido por Augereau, en otra ceremonia solemne en el centro de Barcelona. La bandera española fue arriada y se izó en su lugar la catalana junto con la francesa. Oficialmente Cataluña junto con Aragón, Navarra y Vascongadas dejaron de estar bajo el gobierno de José Bonaparte y quedaron bajo el mando de generales franceses. La intención era clara, como el mismo Napoleón expresó: Se trataba de que estas regiones se incorporaran a Francia. En Cataluña el castellano fue abolido como idioma de la administración y fue sustituido por el catalán junto con el francés. Era el inicio del proceso que culminaría a principios de 1812 cuando Cataluña fue dividida en cuatro departamentos, dentro de la organización territorial francesa, y se enviaron funcionarios franceses a gobernarla. Napoleón parecía hacer realidad la vieja aspiración francesa de anexionar toda Cataluña.

Pero la reacción del ejército español, compuesto en Cataluña básicamente por unidades guerrilleras, lejos de desanimarse, fue la de continuar y redoblar la lucha por una Cataluña hispánica. El 31 de marzo de 1810 el batallón mandado por el legendario sacerdote guerrillero Francisco Rovira, “Mossén Rovira” a las órdenes del general español D Enrique O Donnell, caía por sorpresa sobre una fuerte columna francesa mandada por el general Schwartz cerca de Sabadell y la destrozaba causándole al menos 150 muertos. Las fuerzas francesas, que acababan de tomar Manresa, sintiéndose inseguras ante el acoso de los somatenes patrióticos, se retiraron a Barcelona. Rovira fue nombrado general del Ejército español.

El ataque a las fuerzas de Schwartz fue la rápida respuesta de los guerrilleros y soldados hispánicos de Cataluña a la anexión del Principado que los napoleónicos querían llevar a cabo. Ya lo había escrito unos días antes Antonio Capmany, el célebre, abogado, economista y cronista catalán que en aquellos días había escrito su célebre obra patriótica “Centinela contra franceses”, llamando a laresistencia patriótica en toda España. Capmany, que dirigía desde Cádiz la  Gaceta de la Regencia de España e Indias, el diario oficial del Gobierno de Regencia había escrito unos día antes, al tener noticia de las intenciones francesas de anexionar Cataluña, entre otras regiones: “ Ya veis, españoles, la alternativa en que os ha puesto Napoleón: ¡vizcaínos, navarros, aragoneses y catalanes! Ya os tienen marcados y apartados de la comunidad de nuestros hermanos para que no seáis más españoles”. Y llamaba a la lucha total contra los franceses.

Los guerrilleros patriotas de todas estas regiones, encuadrados en el Ejército español, redoblaron la lucha. En Cataluña, los guerrilleros hispánicos dieron muerte entre 1811 y 1813 en una multitud de acciones armadas, sobre las que existe abundante documentación a al menos 700 soldados franceses. Se añadían estas victorias a las gestas del Bruch, del asedio de Gerona o el de Tarragona, y muchos otros momentos épicos de lucha. Desde luego, quedó claro que, salvo una pequeña minoría de afrancesados, el pueblo y la juventud de Cataluña lucharon sin descanso, como reconocen todos los historiadores, por mantener la unión del Principado con España. Los planes de anexión napoleónicos quedaron frustrados.

RAFAEL MARÍA MOLINA

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