La Policía de Nápoles se enfrentó la noche del 23 de octubre con centenares de manifestantes que salieron a las calles de la ciudad para protestar contra el toque de queda impuesto en la región de Campania para frenar la expansión del coronavirus.
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Pero si desde el principio los epidemiologos dijeron que nos íbamos a contagiar el 70% de la población ( 7 de cada 10 personas)
Las medidas estaban pensadas para no colapsar los hospitales y que las personas de riesgo (no son sólo los ancianos: todos los que por cualquier causa tienen el sistema inmunitario bajo) pudiesen ser atendidas.
En ese estadio de la epidemia sí que funcionaba el confinamiento y el cierre de fronteras.
No se cerraron las fronteras (sigue abierto el aeropuerto de Madrid y siguen sin hacer tests) y se permitió las reuniones masivas (manifestaciones)
Tampoco se tenía que haber cerrado las autonomías, sino ciudades y pueblos infectados.
En este momento en que la gente se ha movido con las vacaciones de verano y estamos entrando en la temporada de invierno, que fomenta las enfermedades respiratorias (la gripe común, por ejemplo) esas medidas ya no valen y destruyen la economía.
Hoy, además, tenemos medidas para que el virus chino no sea mortal.
Habrá que centrarse en aislar a la población de riesgo, promover que la gente recargue su sistema inmunológico (el estrés es nefasto; y la falta de sueño, también; la vitamina D es vital…) y esperar a que la epidemia pase (los epidemiologos dicen que va a durar 2 años, sólo que en cada brote, como este de otoño, va a ser menos activo y va a contagiar a menos gente)
Por cierto, parece que en Bolivia y otros países de la zona están utilizando un medicamento que la OMS no aprueba; el caso es que allí funciona. Aquí está prohibido.
No voy a decir que se aplique aqui, pero creo que los infectados graves deberían poder elegir.
La gestión de Pedro Sánchez e Iván Redondo ha sido un fracaso total, lo cual no es sino un espejo del modo de ser de los que les han votado al poder sabiendo que son unos mentirosos, unos irresponsables y unos inmorales.
La gestión criminal de las residencias de ancianos ha retratado también al inútil de Pablo Iglesias y su falta de humanidad es una advertencia de lo que nos puede pasar si tiene mas poder: el «Terror Rojo», que decía Lenin.
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Mientras en países como muchos asiáticos cumplen sus deberes y cumplen las leyes, aunque no les gusten, aquí y en Europa en general seguimos queriendo todo, cuando no es una cosa, es otra. La vida no es así. Solo nos falta decir que el virus es o fascista o rojo. A veces no hay más remedio que hacer cosas que son muy duras o que no apetecen, para poder seguir adelante y vencer algunas desgracias que no hemos elegido. Pero da igual lo que yo y la mayoría pensemos, porque los medios de comunicación ya se encargan de avivar el fuego y aconsejar a la gente que siga rebelándose contra el orden cuando les parezca oportuno. Así hicieron los podemitas con los escraches, así hicieron los secesionistas con su asalto al poder y así hicieron los socialistas con sus manifestaciones pese al inicio de la pandemia. Es curioso que los mismos que criticaban, en aquélla ocasión con mucha razón, a los secesionistas por no respetar nuestras leyes, ahora aplauden a los rebeldes que no quieren obedecer tampoco nuestras leyes. El resultado no es difícil de imaginar y no deja de ser un síntoma de la degradación de Europa. Ya sé que hay quienes no soportan que les digan esto y su recurso es insultar u ofender, aludir a teorías indemostradas o indemostrables, etc. etc, en nada de lo que por supuesto no entraré y esa incapacidad de respetar es parte del problema.
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Los pueblos mediterráneos somos indisciplinados, caoticos…y creativos.
Todo tiene sus pros y sus contras.
Pero estamos sufriendo una cosa que hicieron los marxistas culturales de Felipe Gonzalez en cuanto se hicieron con el poder.
Para romper con los frenos sociales que les podían impedir su futuro ladilleo, estuvieron promoviendo con esloganes, programas de televisión, especialmente para niños…etc el «rebelate» , el no obedecer, el no ser responsable…
Y esa es la cultura que tenemos; a ellos les ha servido muy bien: mira quién está el la Moncloa, gestionando nuestras vidas, nuestro trabajo y nuestro futuro; y eso despues de haber demostrado con hechos públicos y fehacientes que no saben gestionar una economía moderna, que han des-i
des-industrializado España y que su objetivo es que nuestra vida y la de nuestros hijos dependa de ellos, que nos van a dar «gastos sociales» pagados por nosotros.
Sí, tras la des-industrialización de Felipe González y la ruina zapatera del ladrillo, repetimos porque nos toca y ahora tenemos a este inútil, mentiroso y narcisista (ayudado por su Rasputin con menos es escrupulos todavía que él)
Nadie es libre. Todos dependemos de los demás para algo; y los demás dependen también de nosotros. Esta pandemia lo ha vuelto a demostrar.
Pero no porque la pandemia no sea «progresista» o porque sea «negacionista del cambio climático» o porque «vote a Trump». La enfermedad no tiene nada que ver con ese engañabobos.
El caso es que biológicamente somos animales grupales; no por casualidad, sino como estrategia de supervivencia (por eso nos influye tanto nuestro grupo, aunque no nos demos cuenta ni queramos reconocerlo -los directores de marketing lo saben y lo utilizan para vendernos más)
Y esa es la razón por la que países más disciplinados, más realistas y menos manipuladores (Japón, Corea, China) hayan resuelto el problema mucho mejor.
Ahora de todo esto, como detoda la basura y ruina que llevamos votando desde hace 40 años, los responsables somos nosotros.
Únicamente nosotros.
(por cierto: ¿No es un poco raro que los marxistas y los marxistas culturales, como estos pesoistas, hablen de «libertad» ?
No sólo en los países marxistas no ha habido ninguna libertad; es que ellos nos quitan nuestra libertad de pensar, decir y actuar con su censura -lo «,políticamente correcto» , su control de que que compras o no con los impuestos que te obligan a pagar (diesel, tabaco) o el control que ellos tienen de lo que es «progresista» o » fascista «.
Estamos cumpliendo el castigo y la penitencia por haberles votado con la excusa de «Europa», «progreso» y «modernidad» .
Y lo merecemos.
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Si estas escenas se reprodujeran todos los días en todas las ciudades, el gobierno tendría que recular. Pero cuanto más agache la cabeza la gente, más abusarán.
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Normal. Esto terminará estallando.
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