División Azul: el regreso de los «andrajosos» españoles que aterrorizaron a los tanques de Stalin en la IIGM


«Considerados como tropa, los españoles son una banda de andrajosos. Para ellos el fusil es un instrumento que no debe limpiarse bajo ningún pretexto. Entre los españoles, los centinelas no existen más que en teoría. No ocupan sus puestos, y si los ocupan es durmiendo. Cuando llegan los rusos, son los indígenas los que tienen que despertarlos». Así empezó a definir  Adolf Hitler a los miembros de laDivisión Azul en una conversación que mantuvo con Sepp Dietrich, general de las Waffen SS, el 4 de enero de 1942. Aquella fue una larga cena, como las que acostumbraba a celebrar el «Führer».

Sin embargo, no tardó en señalar que, salvando su pulcritud, los españoles eran los mejores combatientes que había visto jamás. «No han cedido nunca ni un palmo de terreno. No tengo idea de seres más impávidos. Apenas se protegen. Desafían a la muerte. Lo que sé es que los nuestros están siempre contentos de tener a los españoles como vecinos de sector». La retahíla de halagos continuó poco después: «Son extraordinariamente valientes, duros para las privaciones», aunque, volvió a recalcar, «ferozmente indisciplinados». 

Los voluntarios españoles de la División Azul descargando municiones en un lugar del frente ruso
Los voluntarios españoles de la División Azul descargando municiones en un lugar del frente ruso

Así es como se veía en Alemania a la División Azul, los 50.000 soldados enviados desde España a las órdenes de Agustín Muñoz Grandes para combatir el comunismo en la  Segunda Guerra Mundial. Y hombres que, más allá de ideas políticas rojas, azules o fucsias, protagonizaron una infinidad de actos heroicos en la estepa rusa frente a los carros de combate de Iósif Stalin. Valga como ejemplo el cabo  Antonio Ponte, quien se lanzó de bruces contra un blindado soviético armado con una granada para evitar que este destruyera un puesto médico de su unidad. Sus actos, como los de los soldados republicanos que combatieron a Rommel como jabatos, no dejan de ser hechos históricos.

La historia, historia es. Y por ello, más de ochenta años después de que comenzara la Segunda Guerra Mundial, los restos de varios miembros de la División Azul que se dejaron la vida en el infierno helado de la Unión Soviética han sido devueltos a España en las últimas semanas. Por el momento, cinco han sido los nombres de los combatientes que han regresado a nuestro país: Francisco Redondo García, Esteban Heredero, José Ramón García Espina, José Alemany y Lázaro Garrido Vergara

Cinco repatriados

La repatriación fue orquestada hace casi un año, cuando fueron exhumados los restos de siete divisionarios de una fosa común excavada en Rusia. De ellos, los cinco que ya descansan en España pudieron ser identificados gracias a una curiosa práctica de sus compañeros: inhumar a su lado una botella de cristal con su documentación. 

Los huesos de los españoles, caídos hace ocho décadas mientras combatían en la Segunda Guerra Mundial, fueron descubiertos por la asociación germana Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge, la cual, en una de sus dos campañas anuales, los desenterró en el frente ruso. Los restos fueron recibidos en una discreta ceremonia y entregados a sus familias.

Miembros de la División Azul, en 1943
Miembros de la División Azul, en 1943

Entre los repatriados destaca el comandante José Alemany Vich, quien cruzó la frontera en 1942 y, tras ser enviado desde Berlín al frente ruso, combatió en la batalla de  Krasny Bor, donde 4.500 españoles de la 250ª División de Infantería de la Wehrmacht resistieron la ofensiva de 45.000 soldados soviéticos y casi ocho decenas de blindados. Tras el combate, y según se explica en la obra «Morir en Rusia», fue el encargado de «analizar declaraciones de prisioneros, cotejar todos los partes y patearse las líneas del frente» para elaborar un informe en el que se explicara por qué había fallado la ofensiva enemiga. 

Alemany murió en el hospital después de que, el 18 de julio, su puesto (que compartía con varios oficiales del ejército nazi) fuese atacado. El resto de los repatriados son un teniente, un sargento, un cabo y un soldado. 

Hacia Rusia

Esta unidad nació, oficialmente, solo dos días después de que Hitler decidiera marchar sobre la estepa rusa, España dio entonces la noticia a sus ciudadanos de la existencia de la División Azul y de la necesidad de voluntarios. El encargado de dar la exclusiva fue el ministro de Asuntos Exteriores Ramón Serrano Súñer. «Camaradas: No es hora de discursos, pero sí de que la Falange dicte en estos momentos su sentencia condenatoria: ¡Rusia es culpable!, ¡culpable de nuestra Guerra Civil! […] ¡El exterminio de Rusia es exigencia de la Historia y del porvenir de Europa!».

Con estas palabras, Súñer dio el pistoletazo de salida para la entrada de voluntarios en la División Azul, noticia que sería dada a conocer por los diarios tres días después. Al instante, miles de jóvenes de lanzaron a las calles para alistarse. Entre ellos, se encontraba el joven Juan José Sanz, entonces de 17 años, que, en declaraciones a ABC, explicó hace años cómo vivió la situación:

«Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, escuché el discurso que hizo el ministro Serrano Suñer en el que dijo la famosa frase “Rusia es culpable”. Después de eso, nos apuntamos de golpe a la División Azul. Tras el mensaje, yo fui a Zaragoza y me presenté voluntario para luchar, pero no contra el pueblo ruso, sino contra el comunismo. Igual que yo, en pocos días salieron a las calles casi 20.000 jóvenes».

Dos hombres camuflados entre la helada vegetación en plena campaña
Dos hombres camuflados entre la helada vegetación en plena campaña

La llegada de voluntarios fue masiva. «Se dieron casos familiares extremos, como el ofrecimiento conjunto de hasta tres y cuatro hermanos, o el de un padre con todos sus hijos», determina Xavier Juliá en su obra, «División Azul». Sin embargo, la mayor afluencia fue sin duda de universitarios. Así, tras aproximadamente una semana de inscripciones, el 2 de julio finalizó la fecha para alistarse en la División Azul, conocida por los alemanes como «Blau división» o «250. Einheit spanischer Freiwilliger» (250 Unidad de voluntarios españoles). Ansiosos, sus 18.000 integrantes, al mando de Agustín Muñoz Grandes, esperaban la orden de partir.

Unos 10 días después, la orden se hizo realidad, pues  Francisco Franco hizo marchar a la División Azul hacia Baviera (Alemania), donde tendrían su primer contacto con los nazis y llevarían a cabo su instrucción en un campamento militar instalado al lado del pueblecito bávaro de Grafenwöhr, a pocos kilómetros de Nuremberg

«Hicimos el adiestramiento en sólo dos meses cuando lo normal era en tres. Los alemanes quedaron sorprendidos de nuestra preparación porque todos teníamos una vocación clara y todos estábamos ilusionados en ir y aprender», señala Sanz, uno de los últimos en llegar al campo. Ellos fueron los primeros de un total de 50.000.

Manuel P. Villatoro publicado en Abc



Categorías:Hispania, HISTÒRIA I RELATS

7 respuestas

  1. Los hombres de la División Azul han sido los soldados más aclamados de la historia de España al partir hacia una campaña militar. Muchos universitarios se alistaron: médicos, ingenieros, abogados que dejaron atrás una vida profesional. Para encontrar plaza en la División Azul hubo que recurrir a enchufes y recomendaciones, y los ingresados en prisiones militares no tuvieron opción alguna. El sacrificio de la División Azul no fue inútil. Su presencia en el Frente del Este contribuyó a que España no se viera obligada a entrar en la guerra a favor del Eje, y su eficacia combativa en un terreno inhóspito y lejos de la patria puso en evidencia lo costoso que sería la invasión de la Península, con una orografía favorable a la defensa y un ejército numeroso y aguerrido después de la contienda civil.
    La División Azul aportó una carga ideológica que la convertía en algo fuera de serie; y esta generó más literatura que cualquier otra División de cualquier otro Ejército de la Segunda Guerra Mundial.
    La División Azul debería ser un ejemplo para los militares de ahora y, además, es un ejemplo para la historia militar de España; y hay que tener en cuenta que fue una unidad modélica: en la retaguardia con la población civil; modélica en el combate; modélica con sus prisioneros rusos, y modélica cuando ellos mismos fueron de ellos. Como prisioneros tuvieron su elogio de manera internacional.
    Me gustaría recordar a los miembros de la Guardia Civil que sirvieron como destacamento dentro de la División Azul. Gracias a su labor, el constante y abundante movimiento de soldados españoles de la División Azul se realizó «siempre» con seguridad, orden y disciplina.
    Los italianos cuentan con un «Templo Sacrario di Cargnacco» . Se trata de un templo inaugurado hace relativamente poco tiempo, para honrar el recuerdo de los aproximadamente 90.000 caídos y desaparecidos que tuvo Italia en la campaña rusa. A diferencia de España, Italia repatría sistemáticamente todos los restos de sus caídos que se encuentran, sin esperar a que la familia así lo demande, pero lo más llamativo es que para recibir esos restos se realizan solemnes actor militares, y cada cajón con restos, cubierto por la bandera , es transportado por un soldado del Ejército Italiano hasta su descanso definitivo. Algo inimaginable en España, donde cuando la DIAPER (Dirección de Apoyo al Personal) repatría los restos de un caído en Rusia por petición de la familia, se la entregan a esta como si fuera un paquete en un hangar de carga de un aeropuerto, para que sus deudos lo entierren donde estimen oportuno, sin ceremonia oficial alguna.

    Caídos de la División Azul ¡PRESENTES!
    Seis palabras para una eternidad.

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  2. Los Divisionarios se comportaron en Rusia como HOMBRES DE HONOR . Fueron a combatir al Ejercito Rojo COMUNISTA ,la segunda peor DICTADURA que ha tenido que padecer la humanidad despues de la dictadura COMUNISTA CHINA. Hitler expreso lo que opinaba toda la WERHMACHT ,que los guripas eran unos extraordinarios GUERREROS muy comprometidos ideologicamente para acabar con esa lacra nauseabunda que se llama aun hoy COMUNISMO. HONOR PARA LA DIVISION AZUL . VIVA ESPAÑA.

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  3. Después de nuestra fraticida guerra civil, para erradicar al frente popular que pretendía ser otro estado ruso en el suroeste de Europa, muchos españoles desprendidamente se ofrecieron incluso arriesgando su salud y su vida para combatir a la dictadura comunista rusa; lo execrable o negativo era que en su fuero interno desconocían lo que significaba el III Reich, todo por el rechazo que tenían al social comunismo, sin ser conscientes de que combatían a una dictadura para favorecer a otra dictadura.
    La verdad y el amor al prójimo nos hará libres y desprendidos, dejando al margen la vanidad, el egoísmo y la avaricia y la codicia. Por lo que estamos viendo ya no quedan políticos que defiendan el interés y el bien común; su monotema es el bolsillo y su partido en detrimento de sus electores, que les siguen votando a pesar de caer en corruptelas, fraudes, estafas y todo tipo de apropiaciones, todo ello silenciado por los medios de comunicación ( prensa, radio y TV…) vendidos a los partidos gobernantes y estos a su vez teledirigidos por el globalismo y el capital judaista y la francmasoneria.

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    • No escribas bobadas de «dictadura», si no llega a ser por los nacionalsocialistas y sus aliados, Stalin llega a Gibraltar.

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    • ¿Dictadura, la de los nacionalsocialistas?

      Olvidas que Hitler llegó al poder por medios democráticos –por lo menos tan democráticos como los que siguen utilizándose hoy en los países occidentales y <>–, y que todo lo que hizo Hitler, aun con sus errores, fue siempre por el bien del pueblo alemán. Otra cosa es la versión oficial de los vencedores de la Segunda Guerra Mundial, en la que hemos de creer por decreto o por ley, bajo pena de delito de <> o de <>. Y eso sí que es dictadura.

      Lo que necesita Europa hoy es otro Hitler; corregido y aumentado, eso sí.

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  4. Reblogueó esto en .

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  5. Nuestros guripas cumplieron en la División Azul con su deber: castigar al comunismo que tanto daño nos hizo (y hoy nos sigue haciendo); dejaron un recuerdo imborrable de caballerosidad entre la población civil rusa; y demostraron ser valientes en el campo de batalla.

    No todos los alemanes, ni los soviéticos, ni los aliados, pudieron decir lo mismo.

    Fuerza y Honor.
    Viva España.

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