
En un supermercado Carrefour de Pernambuco (Brasil) uno de sus trabajadores murió de forma repentina por infarto en la tienda en su puesto de trabajo.
La reacción de los responsables fue tapar al trabajador fallecido, Moisés Santos, con tres sombrillas que estaban puestas a la venta con el fin de evitar el cierre hasta la llegada de los servicios funerarios para que los clientes no se percatasen de la desgracia y siguiesen comprando.
Uno de los clientes sacó una fotografía y la decisión del supermercado de esconder a su trabajador muerto entre sombrillas durante tres horas y media se convirtió en viral en redes sociales en Brasil.
En Carrefour no tardaron en pedir disculpas de forma oficial: “Carrefour pide disculpas en relación a la forma inadecuada en que trató el triste e inesperado fallecimiento del señor Moisés Santos, víctima de un ataque cardíaco, en la tienda de Recife (Pernambuco). La empresa se equivocó al no cerrar la tienda inmediatamente después del hecho, a la espera del servicio funerario”.
Resulta denigrante la imágen. Es un acto de cobardía de ese supermercado, sencillamente por un poco más de dinero. ¿Qué les costaría sacar el cadáver y, al menos por dignidad, cerrar el establecimiento?. Más que codicia, es cuestión de AVARICIA.
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La codicia siempre fue una mala consejera. Por eso ese patinazo, que se necesita echarle pelotas por un día más de caja. En fin, hay cosas peores, todo hay que decirlo.
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