Hafida Oukabir, hermana de Moussa Oukabir, uno de los terroristas muertos de los atentados de Catalunya, pasó de condenar el atentado en un acto público en Ripoll a justificarlo dos meses después en una conversación telefónica con su madre y que fue interceptada por los Mossos d’Esquadra.

Hafida condenó el atentado en un acto celebrado el 26 de agosto en la plaza del monasterio de Ripoll bajo el lema «Ripoll por la paz. Un paso adelante» y pidió que «tenemos que trabajar todos y todas juntos para que no vuelva a pasar nunca más». «Para que nuestros jóvenes catalanes musulmanes no abracen ideologías perversas que no tienen justificación ni explicación y que no tienen nada que ver con el islam». Pero todo era burda corrección política.

Sin embargo, el 22 de octubre de 2017, algo más de dos meses después de los atentados yihadistas, Hafida Oukabir llamó a su madre y hablaron de la muerte de Moussa y de la posible repatriación de su cuerpo a Marruecos. La madre le informó de que había hablado con una familiar y su marido y éste le había dicho: «¿Ves? Este chico ha ido al paraíso. El camino que tomó, lo que pasa es que la gente no lo quiere decir. Si vas a la verdad es la religión que dijo el profeta».

Los Mossos pincharon el móvil de Hafida después de detectar que su hermano le había mandado un vídeo a ella y otras personas tres días antes de los atentados explicando cómo tiene que ser amortajado un musulmán cuando muere y que no se debe sentir pena por él porque va al paraíso.

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